Hola, Tania y Virginia.
Leyendo vuestros artículos, me han encantado vuestras ideas y me siento muy identificado con vosotras, ya que este año me está pasando algo parecido.
En mi caso comencé el año muy muy motivado con los alumnos de clase. Después de un mes he tenido una recaída, ya que me estaba costando mucho llevar las clases adelante, que trabajasen bien, y sobre todo poder encaminar las relaciones tan chocantes que tienen en general. La cosa es, que hace dos semanas, yo, estaba que no podía más, estaba desmotivado porque no sabía que más hacer. Intentaba encaminar la situación, pero la cosa no mejoraba mucho.
Seguidamente de hablar con mi mujer, mi aita y mi ama, recapacité y me di cuenta de que estaba en mis manos y que tenía que cambiar el chip.
Después de estar el fin de semana pensando sobre este tema, me di cuenta de que tengo mucha responsabilidad en el presente y tal vez en parte del futuro de estos alumnos y alumnas y en como actúo y transmito en cada momento. Por lo que gracias a las palabras de mi familia y de mi proceso personal que viví, me sirvió para retomar con ilusión y creatividad las clases.
Ahora mismo, llevo dos semanas desde que me paso esta situación y puedo percibir una gran diferencia en los alumnos; están más motivados, son capaces de trabajar por más tiempo y las relaciones poco a poco están mejorando y sobre todo yo, estoy disfrutando de las clases.
Creo, que el repensar, el expresarme con la familia, el preguntarme a mi mismo que me pasa y la creatividad ante ese reto que tenía en mi caso, me ha ayudado para empezar a afrontar esta realidad o esta situación que tengo en clase tan difícil. Difícil porque nunca he tendió una clase tan diversa, activa y difícil de llevar, pero, por otro lado, interesante, por todo lo que estoy y voy a aprender con ellos.
Como ejemplo y unido al tema de este foro, una de las acciones creativas que he llevado a cabo a sido el reinventarme a diario, como lo hicisteis vosotras, viendo las necesidades que tienen los niños.
Como decía, gracias a esa creatividad que todos tenemos, y después de un bache en el camino, he logrado de nuevo encauzar al menos un poco la situación y poder disfrutar de ellos. Algunas de las acciones que he llevado a cabo en este proceso han sido; el hacer tutorías individuales y compartidas, no fijarme en lo malo, sino intentar fijarme en lo bueno, dejar tiempos para cuando terminan la tarea para diferentes proyectos como pintar un mural o cuadro conjunto, pintar las sillas del rincón de resolución de conflictos, crear momentos de expresividad y creatividad pintando para bajar el ritmo cuando vienen del comedor, el hablar las necesidades que tienen los alumnos para ver que podemos hacer, el utilizar las famosas pausas activas en clase, la utilización de todo tipo de cartones y disfraces en los patios para el juego simbólico...
Como menciona en sus charlas el pedagogo Francesco Tonnuci, el vínculo entre alumno y profesor es esencial para el éxito.
Relacionado con el vínculo, os dejo un artículo interesante sobre este tema:
https://www.materclem.es/la-importancia-del-vinculo-profesor-alumno/
Como tu misma comentas Tania, conseguiste motivar al alumno que tan pocas ganas tenía de aprender... y lo hiciste observando cuál era su pasión. ¡Por lo que, muchos ánimos en tu proceso!
¡Mira en tu pasión, seguro que tiene que ver con la enseñanza!
https://www.materclem.es/la-importancia-del-vinculo-profesor-alumno/
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https://www.demicasaalmundo.com/blog/libros-documentales-y-peliculas-cambiando-la-educacion/
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¿Enseñar o aprender? Caracas. Laboratorio Educativo. 1999