Esta es una pequeña reflexión acerca de la actividad de los museos.
En mi caso, lo hice sobre Ekainberri, un museo donde se puede ver cómo vivía el hombre primitivo. Los libros con los que trabajamos en la escuela, Txanela, tiene un tema en 1º de primaria donde se trata este tema, y el centro organiza una excursión a las cuevas de Ekain (lo podréis ver en Genially, clicando la figura de Ekainberri, en el cuadro blanco de debajo del tablero).
Ilustración 2: los niños durante la excursión |
Se trata de un proyecto interdisciplinar donde el arte tiene su sitio, y de diferentes maneras: pintura, dibujos, manualidades, danza y teatro.
A la hora de realizar el trabajo, me di cuenta de que hay muchos lugares interesantes cerca nuestro a los que sea por la razón que sea, no prestamos mucha atención y no los hemos visitado jamas. Muestra de ello es que hice una encuesta en mi grupo de amigos y amigas, y de 16 personas, solamente habían visitado estas cuevas 2 personas, es decir, 1 de cada 8.
Es cierto que el mundo, la sociedad, los museos, la manera de expresarse, el arte en sí mismo, está cambiando a una velocidad vertiginosa. Sin embargo, muchas veces, esa ansia por querer descubrir, por querer explorar, buscar, experimentar y conocer cosas nuevas y que nos parecen "modernas", hace que nos olvidemos de nuestras raíces, de nuestro origen y nos lleve a ese desarraigo.
Este hecho me parece aún más preocupante en un lugar como el mío, el País Vasco. Una comunidad de apenas 3 millones de personas (en un mundo de más de 7000 millones), que además, convive con una cultura predominante como la española, lo que hace que muchas veces, tengamos que enfrentarnos a situaciones como dejar de lado nuestro idioma (el Euskera) porque hay alguien en el grupo que no lo habla, y situaciones similares, donde nuestra cultura, nuestro ser, quedan relegados a un segundo plano.
Por ello, quiero terminar este post con la reflexión de que a pesar de que conocer nuevas formas de arte, de museos y demás, muchas veces tenemos en casa cosas fascinantes por conocer y descubrir, que además pertenecen a nuestra comunidad, y que opino, desde las instituciones deberían hacer un esfuerzo mayor por dar a conocer ese patrimonio artístico del que disponemos, como el esfuerzo que hacen, por ejemplo, con el turismo. ¿Por qué no promocionar y dar valor a estas mismas cuevas de Ekain, el bosque de Oma, el museo de Ontziola y un largo etcétera, al igual que se hace con el Guggenheim o con Chillida- Leku?
Ilustración 1: La cueva que realizaron entre toda la clase |
Ilustración 3: vista general de la cueva creada en clase |