Los que ya tenemos una edad y hemos viajado a caballo entre EGB y Logse recordamos nuestras clases de educación artística (al menos en mi colegio) con un libro (no recuerdo la editorial) donde los trabajos a realizar eran básicamente de tres tipos:
- Completar un dibujo simétrico repitiendo el modelo dado.
- Completar un dibujo (por ejemplo venia la mitad de una cebra y tu la tenias que completar)
- Copiar un modelo dado.
Copiar, copiar, completar... en ningún momento esos libros daban la oportunidad de crear, de dejar a los alumnos a dar rienda suelta a sus sentimientos, destrezas...
Recuerdo que Javier, compañero de pupitre, aventuras..compañero de vida a ese modelo de cebra, a esa mitad de cuerpo que él debía completar, en un arranque de creatividad le dibujó unas patas de gallina y una impresionante cola de dragón... una cola de dragón impresionante. Los de clase alucinábamos, nos levantábamos a ver como Javier añadía pinchos,escamas...coloreaba de verde,amarillo,rojo,morado su obra de arte...
Resultado.. Suspendo. El profesor tachó su dibujo, Javier no había completado el dibujo como exigian los cánones de dicha editorial... ahora recordamos aquella tarde y (los dos docentes) nos reímos de lo mucho (por suerte) han cambiado las cosas.
Con esta anécdota quiero plasmar la necesidad (y casi obligación) que tenemos como docentes de potenciar la creatividad. Creatividad a la hora de dibujar, de hacer problemas de matemáticas, de hacer cuentos, de inventarse juegos, disfrazarse en clase...dejar que la imaginación vuele, dejarnos llevar por ella..
Tanto nos marcó aquello que hasta hace dos cursos hacíamos en el cole "concurso de Quimeras" donde los pasillos del colegio se llenaban de leones-arañas, perros-pájaro, elefantes-cigüeñas, y , como no, cebras-dragones.
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