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Desarrollo de la Creatividad y Expresión Plástica : La imaginación nos hace sentir

En este espacio en línea, los estudiantes colaboran creando entradas y etiquetando sus nombres para construir conocimiento de manera conjunta

5 de noviembre de 2021

La imaginación nos hace sentir

En mi opinión, todo lo que sentimos, pensamos y hacemos se almacena dentro de nosotros.

Os dejo un experimento muy interesante que llevo a cabo el neurocientífico español Álvaro Pascual-Leone, profesor de Neurología en Harvard:


“Las personas que tocan el piano, a través del tacto de sus dedos en contacto con las teclas, accionan una parte determinada de su cerebro, que entonces siente y piensa que lo toca y ello conlleva un entrelazado de sensaciones que puede originar emoción e incluso un sentimiento.

Mediante un curioso artilugio de espejos, Leone hizo imaginar a un paciente manco que en verdad estaba tocando el piano con la mano que no tenía y el resultado fue que el cerebro actuó de igual forma. La imaginación provocó que quien no tenía mano, sintiera que estaba tocando las teclas y el cerebro activó las mismas partes que activa quien de verdad las toca”


De la misma forma, podemos encontrar situaciones similares con nuestros alumnos a diario, y éstas pueden afectar de forma positiva o negativa.

Por ejemplo: si un niño ve una imagen o una situación que él todavía no es capaz de hacer, por ejemplo, atarse los cordones de los zapatos, puede imaginarla en su mente, desear reproducirla e intentar llevarla a cabo. Aunque no consiga atarse los cordones la primera vez, puede sentir que ya a empezado ese descubrimiento y cada vez que lo intente puede sentir felicidad y seguridad, ya que está más cerca de lograrlo.

De la misma forma, si el niño presencia situaciones violentas, escucha insultos, o frases desagradables, mientras está intentando aprender, el niño puede sentir miedo, dolor, frustración. Con el ejemplo anterior, podemos imaginar que mientras el niño está atándose los cordones alguien le dice… “así no, que mal lo estás haciendo”, el niño puede abandonar ese aprendizaje porque se imagina que es “tonto” y no sabe hacerlo, se siente inútil.

Por lo tanto, lo que vemos, la visión, nutre nuestras ilusiones, nuestra imaginación y como maestros debemos tenerlo en cuenta y cuidar nuestro lenguaje.

Lo que pensamos, lo que imaginamos, lo que sentimos, lo que deseamos puede tener un poder increíble, puede dejar huella fructífera si sabemos aprovecharlo. Por eso, debemos tener cuidado con lo que sentimos, pensamos, aprendemos, amamos y vivimos, porque acaba cambiándonos.

<< Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos >> Eduardo Galeano

 Un saludo,

Alfonso


Alberca, Fernando (2013) Nuestra mente maravillosa. Cómo desarrollar nuestras capacidades para ser felices. (pág 115-116)

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